Después de Nueva Delhi, nos dirigimos a Jaipur, la capital del estado de Rajastán.
Fundada en 1727, Jaipur también es conocida como la Ciudad Rosa, debido al color de los edificios que se encuentran en la parte antigua de la ciudad. Esta zona, que está amurallada para separarla de la parte nueva, es la zona más interesante, ya que es donde se encuentran la mayoría de las atracciones históricas.
En la Ciudad Rosa visitamos el Palacio de la Ciudad, famoso por mezclar la arquitectura tradicional de la Antigua India con elementos de los conquistadores británicos. Además de ser un museo, todavía sirve de residencia para la familia real de Jaipur, así que podrás ver a los guardias estacionados en todas las puertas del complejo.
También dentro de la ciudad amurallada se encuentra el bazar de Jaipur, que definitivamente no te puedes perder. Es un mercado tradicional que se extiende por varios bloques, donde podrás encontrar todo tipo de artesanías, ropa, e incluso lugares donde puedes escoger tela para mandar a hacer un sari o una kurta a tu medida, que tendrán listo al día siguiente. Es fácil perderte en el bazar, pero vale la pena, ya que podrás encontrarte con algunos monos en el camino, camellos, y hasta elefantes.
A media hora de Jaipur se encuentra la ciudad de Amer. Aquí fuimos al Fuerte de Amer y el Fuerte de Nahargarh. Construidos en la cima de las colinas, se ven imponentes desde el valle y al acercarte, podrás apreciar el detalle de su trabajo, que los convierte en una obra de arte.
Tras cuatro días en Jaipur, nos dirigimos a Agra, la ciudad del famoso Taj Mahal. Para ser una ciudad que alberga una de las Siete Maravillas del Mundo, Agra es una ciudad pequeña, por lo que es fácil recorrer todos sus atractivos en dos días.
Primero conocimos el Fuerte Rojo, mucho más impresionante que el Fuerte Rojo de Delhi. Y después visitamos la tumba de Itmad-ud-Daula, también conocido como el Baby Taj.
Finalmente, visitamos el Taj Mahal, que se ha ganado su fama no solo por su diseño, sino también por la romántica historia de su construcción: Tras la muerte de su esposa favorita, el emperador mogol, Shah Jahan, mandó a construir este mausoleo junto al río sagrado Yamuna para e. Taj Mahal significa la Corona de los Palacios, y el monumento hace honor a su nombre. No hay un solo espacio en sus paredes de mármol que no tenga incrustaciones de piedras semipreciosas, o que no esté decorado con inscripciones del Corán en la hermosa caligrafía árabe.
El hijo de Shah Jahan se reveló contra su padre, lo venció en batalla y lo sucedió como emperador. Shah Jahan vivió prisionero el resto de sus días, viendo desde las ventanas del Fuerte Rojo a su preciado Taj Mahal. Tras su muerte, su cuerpo fue enterrado bajo la cúpula de mármol de la Corona de los Palacios.
India es un lugar de contrastes. Antes de ir, ten en cuenta que hay mucha miseria en lugares que alguna vez fueron extremadamente ricos en cultura y economía. Al igual podrás ver atracciones que te dejarán maravillado, verás escenas en las calles que te partirán el corazón.
Yo les recomiendo a todos ponerla en su lista de viajes. Lo único que necesitan llevar es una mente abierta para poderla apreciar por completo.