Ría Guayas, Guayaquil, Ecuador

La Resiliencia y su captación en los destinos turísticos

El concepto de resiliencia nace de las situaciones más difíciles que enfrenta la sociedad, a grandes rasgos, es definida como la capacidad de una persona de sobreponerse a la adversidad y salir fortalecido de ella y su investigación a lo largo de la historia de la humanidad, ha sido motivada por la determinación de los factores que forman a una persona o en este caso en especial un destino resiliente. 

El turismo por sus características de transversalidad y por ser multidisciplinario, es un sector muy sensible a factores externos, por lo que se requiere tener una planificación estratégica que pueda ser útil a la hora de enfrentar adversidades, y así reducir los efectos negativos de la mejor manera.

La actividad turística se compone de un conjunto de elementos complejos que se interrelacionan unos con otros y que además evolucionan dinámicamente por factores. 

Vinculación de las crisis con el sistema turístico 

Según la Organización Mundial del Turismo (OMT) el sistema turístico se compone de cuatro elementos, que corresponden a la demanda, la oferta, el espacio geográfico y los operadores de mercado. Por su parte (Boullón, 2006), propone los siguientes elementos: la demanda, la oferta, la infraestructura, la superestructura, los atractivos y las facilidades.

Aparte de los elementos anteriormente mencionados, existen otros que igualmente interactúan en el sistema turístico y que son de vital importancia para el desarrollo y el flujo de la actividad en cualquier destino. La superestructura, que sirve como soporte, la población local, quienes forman parte esencial de un destino y el entorno territorial, que es la base física y punto de encuentro de los demás elementos del sistema

Las situaciones geopolíticas, en donde se pueden nombrar conflictos bélicos internos o entre países, incidentes diplomáticos, conflictos sociales, pueden afectar de manera muy negativa a un destino turístico o incluso a todo un país, sobre todo si éstas situaciones se generan en la misma localización del destino. Si los hechos nombrados anteriormente ocurren en los países de origen de los turistas, esto podría significar una baja considerable en las visitas al destino durante el período que perdure la situación

Los factores económicos, ya sean internos o externos, pueden tener consecuencias globales y locales; por ejemplo una crisis económica mundial, podría generar que se reduzcan los viajes por parte de quienes acostumbran a hacerlo y por consiguiente, impide que el destino turístico obtenga los beneficios que conlleva recibir turistas. Hay factores económicos que por otro lado, traen beneficios al destino, como los son: fomento de emprendimientos locales, estabilidad económica de un territorio, calidad de productos y servicios, entre otros.

Los factores relacionados a salubridad, los cuales responden a situaciones de alarma del sistema sanitario de un lugar determinado, conlleva a que un destino vea afectado su funcionamiento al encontrarse en una crisis sanitaria, como por ejemplo, los destinos turísticos afectados por la pandemia de gripe AH1N1, entre los años 2009 y 2010, en el golfo de México.

Esta situación provocó que se registraran drásticas bajas en la llegada de turistas, ya sea por miedo a contraer la enfermedad, o por recomendación de las autoridades.

El sistema turístico es un sistema permeable, lo que quiere decir que existen elementos que pueden penetrar o ingresar el sistema en ambas direcciones, ya sea desde lo macro hacia dentro del sistema, o desde dentro del sistema hacia el entorno macro.

El sector turístico y su relación con crisis y desastres naturales. 

En primer lugar debemos establecer brevemente la diferencia conceptual entre crisis y desastre natural:

  • Crisis: Situación grave y decisiva que pone en peligro el desarrollo de un asunto o un proceso, causado por acciones u omisiones dentro de una organización.
  • Desastre natural: Causado por fenómenos naturales o situaciones externas. 

Por su misma naturaleza el turismo es un sector vulnerable a un rango de crisis más amplio que otros sectores industriales o económicos.

La aparición de crisis puede llegar a ser más frecuente, por una parte, por ser un sector de servicio basado fundamentalmente en las expectativas y en la confianza, y por otra, por tratarse de un sector altamente susceptible a los factores externos y las presiones en el amplio entorno de operaciones (Gutiérrez, 2013).

Para entender el impacto de las crisis en el sector turístico, a continuación se enuncian las características presentes en un país o destino turístico afectado por una crisis:

  • Amenaza a las operaciones habituales y a la dirección de los negocios relacionados con el turismo.
  • Daño infligido al destino principalmente en la seguridad, atractivo y el confort por la percepción negativa de la imagen de los visitantes a ese destino.
  • Descenso en las ventas del sector de viajes y turismo local e interrupción en el desarrollo de las operaciones de las empresas de viajes y turismo locales por la reducción en la llegada y salida de turistas.

El turismo y su capacidad de recuperación 

Las catástrofes a nivel mundial que han dejado zonas afectadas y que han perjudicado a la actividad del turismo no son pocas.

Como ejemplos podemos enunciar el tsunami en el sudeste asiático en diciembre de 2004, el terremoto y posterior tsunami en Chile en febrero de 2010, el derramamiento de petróleo en el Golfo de México en 2010, el terremoto en Ecuador en 2016, los incendios forestales ocurridos en Chile durante enero y febrero del 2017, y por último el incendio forestal que arrasó prácticamente gran parte de Australia en enero del 2020. 

En cuanto a la recuperación del turismo frente a estas adversidades “se ha comprobado con regularidad e históricamente que el sector turístico es una industria probada y cuya recuperación es llamativamente más rápida que otros sectores ante las grandes crisis” (Pike, 2004 )

El turismo realiza una función tractora en la recuperación y su actuación es especialmente valiosa como vehículo para la recuperación, hay un más rápido retorno de la inversión y los beneficios del turismo se reparten a través de la economía por las conexiones que mantienen con diferentes sectores, por ello “existen claras razones por las cuales el turismo se debería emplear como agente para la recuperación después de una crisis” (Sausmarez, 2007).

El turismo es un sector ideal para empezar los esfuerzos de recuperación de un territorio o un destino tras una crisis. Su rápida recuperación y su conexión estrecha con otros sectores de la economía de una localidad hacen que sea más eficaz para los gobiernos concentrar gran parte de sus inversiones de recuperación en este sector.

Termino mi nota con este enunciado del Foro Económico Mundial del 2005 “Una eficaz gestión de crisis puede hacer del sector turístico un catalizador de la recuperación general económica y social”

Foto: Peter Rodríguez-Pontón

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