Hace poco hablaba de cómo la pandemia del COVID-19 nos ha dado la oportunidad de reflexionar sobre nuestros hábitos de viaje, ya que algunos de estos han sido innecesarios, e incluso dañinos para nuestro entorno. Uno de estos hábitos, y el tema en el que me quiero centrar hoy, es el trato de animales exóticos.
Cada vez es más necesario tomar conciencia de cómo nos relacionamos con otras especies. Aunque el COVID-19 ha centrado esta narrativa en la falta de salubridad y el consumo de algunos animales en China, el mercado de comida fresca de Wuhan es sólo la punta del iceberg de un problema global.
Como viajeros, es importante poner nuestro grano de arena para prevenir futuras epidemias y preservar las bellezas naturales del planeta. Así que en tu próximo viaje, evita las siguientes prácticas, ya que sin saberlo puedes estar contribuyendo al maltrato y la extinción de muchos animales.
Tomarte fotos sosteniendo o acariciando animales exóticos
El COVID-19 no es el primer caso de un virus que muta al pasar de un animal a un humano. El ébola, la gripe aviar, y el SARS son solo algunas epidemias que se han desatado en los últimos años, todas de origen animal. La invasión de ecosistemas nos ha acercado a especies que por mucho estuvieron aisladas, exponiéndonos a virus y bacterias desconocidas hasta entonces. Aunque como individuos es imposible frenar la industrialización del planeta, podemos disminuir la posibilidad de incidentes similares evitando ser un punto de contacto directo con estas especies.
Utilizar animales como entretenimiento turístico
Seguramente haz visto muchas agencias promocionando actividades turísticas que incluyen nadar con delfines, montar elefantes o visitar santuarios de grandes felinos. Pero el hecho de que estas actividades sean legales en muchos países, no significa que estas especies las disfruten. Mientras más nos alejemos de prácticas que promueven la explotación de animales, más rápido podremos acabar con esta rama del turismo que promueve crueldad y la muerte de muchos. Como alternativa, puedes encontrar muchísimos tours para ver a tus animales preferidos en su ambiente natural y a una distancia que no los intimida ni amenaza.
Comprar animales salvajes
Cada vez se implementan más leyes que impiden el tráfico de animales exóticos entre países. Pero, al igual que el punto anterior, la etiqueta de “legal” no cubre todas las necesidades de la mayoría especies. Ya sea en el extranjero o en casa, evita comprar animales como aves o reptiles. Aunque la mayoría de las veces es fácil comprobar que provienen de granjas o establecimientos autorizados, estás ayudando a promover desinformación alrededor de estas especies que, por instinto, no se sienten cómodas en el ambiente doméstico.
Incluir actividades que involucren pseudociencias
En muchas culturas nativas alrededor del mundo, todavía existe la creencia de que el consumo de ciertos animales cura distintos males. Tristemente, estas prácticas se han expandido al mundo industrial como pseudociencias. Como viajeros del siglo XXI, es importante ser escépticos ante tales actividades (como la medicina tradicional china o la neuropatía), informarnos a través de fuentes fiables, y alejarnos de prácticas culturales que por siglos, y sin fundamentos científicos, han y siguen provocando la extinción de muchas especies.