La lucha a favor de la protección y preservación del medio ambiente cada vez adquiere más popularidad. Y la industria del turismo no se ha quedado atrás: tanto individuos como gobiernos han puesto su grano de arena para promover nuevos modelos de negocio, productos y modos de viaje con giros ambientalistas.
Pero uno de los mayores retos que todavía cuenta con escasas soluciones son los vuelos en avión. Greta Thunberg llamó la atención de los medios cuando viajó a Nueva York en barco, asegurando que haber cruzado el Océano Pacífico en una aeronave hubiera emitido una tonelada de dióxido de carbono en la atmósfera por pasajero.
Sin embargo, aunque muchos viajeros nos consideramos conscientes del problema y responsables con el medio ambiente, no todos tenemos el dinero, el tiempo o los medios de tomar un barco libre de emisiones de CO2 hacia nuestro próximo destino. Ya sea por placer o por negocios, un avión es el medio de transporte más conveniente para casi todo el mundo.
¿Podemos entonces conciliar nuestro deseo de viajar con nuestra responsabilidad ambiental cuando se trata de vuelos aéreos?
La respuesta corta, por el momento, es no. No existen aeronaves comerciales que no produzcan emisiones dañinas a la atmósfera, o aerolíneas con políticas estrictas de reciclaje. Si queremos volar, tendremos que aceptar la huella ecológica que dejaremos en el ambiente.
Pero esto no significa que no podamos exigir cambios a las aerolíneas y a nosotros mismos para abrir camino a prácticas más sustentables en un futuro cercano.
¿Qué podemos exigir a las aerolíneas?
Muchas aerolíneas están desarrollando tecnología para encargarse de estos problemas. Lufthansa, por ejemplo, lleva casi diez años incrementando el uso de biocombustible en sus aviones, y KLM asegura que en los próximos 10 años tendrán listas sus primeras aeronaves comerciales impulsadas al 100% con energía eléctrica. Además de estos avances, muchas compañías han generado las siguientes iniciativas que deberíamos exigirle a todas las demás:
- Compensación de emisiones de carbono, donde las aerolíneas “reparan” el daño causado al medio ambiente mediante el desarrollo nuevas tecnologías, restauraciones e investigación.
- Reducción o eliminación de artículos de plástico de un solo uso, como vasos, cubiertos y audífonos.
- Menús vegetarianos para reducir el impacto ambiental de la sobreproducción de carne.
- Uso de aeronaves más modernas, ya que cada nueva generación de aviones es más eficiente y genera menos residuos de CO2 que sus predecesores.
¿Qué debemos cambiar como consumidores?
Como resultado de los puntos anteriores, los viajeros también debemos exigir un cambio en nuestros hábitos. Estos son sólo algunos ejemplos que podemos empezar a implementar en nuestro próximo viaje en avión:
- Vuela directo a tu destino. Intenta hacer el menor número de escalas posibles.
- Viaja ligero. Mientras más peso haya, más combustible utilizará el avión al despegar.
- Combina viajes. Intenta juntar tus viajes de negocios con tus vacaciones, o conocer nuevos destinos en un mismo viaje.
- Evita los artículos de un solo uso que provee la aerolínea llevando tu propia botella de agua y audífonos.
Investigarqué aerolíneas han tomado iniciativas para mejorar al planeta y, cuando se pueda, contratar sus servicios. Esta es una buena lista para empezar.
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