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La magia del croissant sucede todos los días en Sofitel Bogotá Victoria Regia

¿Puede haber un símbolo pastelero francés más reconocido que el croissant? Hojaldrado, esponjoso y crujiente, el  clásico croissant es un seductor panecillo de corteza matizada con tonos marrón y beige que se deshace en tu boca y provoca comerlo una y otra vez. Una magia que sucede todos los días en Sofitel Bogotá Victoria Regia.

Aunque comúnmente se asocia al desayuno —pues marida a la perfección con un café recién molido o unos huevos benedictinos— el croissant puede degustarse a cualquier hora del día. Los coffee breaks y las meriendas de media tarde también aplican. Cualquiera sea el momento elegido, un buen croissant francés puede hacernos el día.

“Al igual que el logo de Sofitel, nuestro croissant representa la más pura materialización de la unión de dos culturas: el lujo francés y la tradición colombiana”, asegura Alejandro Petricevich Spinelli, gerente general de Sofitel Bogotá Victoria Regia. “Disponible en cualquier momento del día, nuestro croissant celebra el buen gusto de la gastronomía francesa en un refinado entorno que eleva los sentidos e invita a crear, probar y explorar los placeres de la vida”.

Preparación Artesanal

Prepararlo no es tarea fácil, especialmente por las altas dosis de paciencia, una gran experiencia pastelera y la aplicación de antiguas técnicas artesanales. Por ser un proceso 100% artesanal, el maestro pastelero solo usa sus manos para amasar la harina que más tarde se convertirá en hojaldre.

¡Sin embargo, tu también puedes hacerlos en casa! A la masa se le agrega sal, agua, azúcar, levadura, leche en polvo y algo de mantequilla fundida y luego se amasa realizando pliegues hacia dentro de la misma masa. A este proceso se le conoce como ‘desarrollar el gluten’.

Una vez ocurre la magia del gluten se obtiene una masa elástica y maleable con la cual comenzaremos uno de los procesos más sublimes: Generar capas de mantequilla y masa, proceso que  tarda entre tres y cuatro horas para generar hasta 36 y 72 láminas  finas de hojaldre, las cuales se dejan reposar en la nevera durante la noche.

Al día siguiente se estira el hojaldre con la paciencia y la sensibilidad de quien extiende un terciopelo para moldear y enrollar nuestros hermosos croissants que —al disponerlos sobre una bandeja— se dejan fermentar hasta que doblen su tamaño.

Finalmente, se pincelan con una mezcla de huevo, leche y sal para obtener ese hermoso color que lo caracteriza y se hornea a 180°c por espacio de 15 a 18 minutos, ni más ni menos

¿El resultado? Un bocado increíblemente delicioso que al partirlo deja ver  texturas fantásticas y entreveradas entre capa y capa con formas, sabores y aromas únicos, como solo los maestros pasteleros de Sofitel Victoria Regia saben hacerlo.

“Nos tomamos muy en serio la repostería nacional francesa al punto que somos considerados un referente del más alto nivel en temas de croissant”, declara Alejandro Petricevich Spinelli, gerente general de Sofitel Bogotá Victoria Regia.

De almendras y chocolate

Al morderlo, su corteza se desbarata, las manos quedan impregnadas de mantequilla y las boronas esparcidas. Hay quienes le untan mermelada casera o mantequilla recién preparada.

Otros lo degustan con una taza de café, té o chocolate caliente. Algunos lo piden con trozos de chocolate amargo incrustados en su centro. Los croissant de almendras también tienen muchos seguidores, mientras que hay quienes optan por croissant de jamón y queso o incluso, rellenos de queso y bocadillo.

“Sea cual fuere tu elección, estamos seguros que en tu próxima visita al Sofitel Bogotá Victoria Regia tendrás ante ti la magia pastelera francesa convertida en un croissant artesanal”, finalizó Alejandro Petricevich Spinelli. “Solo los grandes pasteleros se toman el tiempo para hacer bocados realmente esplendorosos. Todo es cuestión de tiempo y dedicación”.

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