por Henry MORALES ARANA
Cuatro años después de provocar un sismo político en Guatemala al revelar una estafa en las aduanas que llevó a la renuncia del entonces presidente Otto Pérez, la exfiscal general Thelma Aldana busca gobernar la nación.
La mujer que lideró una inédita lucha anticorrupción en el país fue proclamada este domingo candidata a la presidencia para las elecciones generales del 16 de junio por el partido político Semilla, agrupación que surgió de los indignados por la corrupción del gobierno de Pérez (2012-2015).
El expresidente, un sexagenario general retirado, renunció en septiembre de 2015 en medio de protestas callejeras señalado como cabecilla del fraude. Está en prisión desde entonces, a la espera de ser juzgado por el caso aduanero y otros escándalos destapados por Aldana y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), una misión antimafias adscrita a la ONU.
No obstante, la candidatura de Aldana a la presidencia podría ser suspendida ante una serie de denuncias presentadas por particulares y partidos políticos sobre acciones en su mandato en la fiscalía, que terminó en mayo del año pasado.
– Fiscalizadora de presidentes –
Casada y madre de dos hijos, su llegada al frente del Ministerio Público en 2014 se dio con una ola de dudas sobre su independencia al ser nombrada para el cargo por Pérez, a quien un año después tuvo que señalar de corrupción.
«Me dio mucha preocupación, me dio mucha pena, me enojé, (fue) una serie de sentimientos y de incredulidad porque pensaba que no podía ser que el presidente mismo estuviera involucrado» en la estafa en las aduanas, dijo Aldana en un foro en 2017.
En agosto de ese año, la entonces fiscal general provocó una nueva agitación en Guatemala al pedir junto con el exjuez colombiano Iván Velásquez, titular de la Cicig, retirar la inmunidad del presidente Jimmy Morales para investigarlo por sospechas de financiamiento ilegal en la campaña del partido derechista FCN-Nación, que lo llevó al poder en 2015.
Un año antes, la fiscalía y la Cicig habían señalado a un hijo y un hermano de Morales de participar en un fraude en un contrato de alimentos para el Registro General de la Propiedad en 2013.
Estas acusaciones provocaron el distanciamiento del presidente con Aldana y Velásquez. El mandatario llegó incluso a prohibir el retorno a Guatemala del colombiano y trató de forzar el cierre prematuro de la Cicig, cuyo mandato termina en septiembre.
Las revelaciones hechas por la fiscalía y la Cicig provocaron que Aldana se hiciera enemigos políticos, quienes la han acusado de armar casos judiciales para promover su candidatura.
– El «Nobel Alternativo» –
De cabello corto y semblante serio, Aldana, de 63 años, se lanza a la arena política tras una larga trayectoria en la carrera judicial, en la que llegó a presidir la Corte Suprema de Justicia (CSJ) entre 2011 y 2012.
En 1982, mientras estudiaba para abogada, trabajó como conserje en un juzgado de familia en la ciudad occidental de Quetzaltenango, donde luego fungió como notificadora y oficial de turno. Desde entonces ha ocupado diferentes puestos en el Poder Judicial y otras instituciones, además de desempeñar la docencia universitaria.
Lidia con la sombra de haber sido señalada en 2009 -junto con otros cinco magistrados electos para la Corte Suprema de Justicia (CSJ)- como no idónea por presuntos vínculos con grupos paralelos de poder, según la Cicig, dirigida en ese momento por el jurista español Carlos Castresana.
No obstante, en septiembre pasado, Aldana y Velásquez fueron reconocidos en Suecia con el premio Rights Livelihood, el llamado «Nobel Alternativo», por su lucha contra la corrupción en Guatemala.
Ambos fueron galardonados por los «innovadores métodos que adoptaron para denunciar los abusos de poder, rehabilitando de hecho el crédito de las instituciones públicas», de acuerdo con el jurado sueco que otorga el galardón.
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