por Laurent BANGUET
Puede que nunca llenan estadios para un concierto de rock, pero las computadoras ya son capaces de componer música y de manera bastante convincente, como se demostró en el festival South by Southwest(SXSW), en Texas.
Ya se produjo un disco entero con la ayuda de la inteligencia artificial (IA), algo sin precedentes. Se trata de «I am AI», que se traduciría «Yo soy IA», de la estrella de YouTube Taryn Southern, quien no sabe tocar ningún instrumento.
Taryn Southern asiste a los American Music Awards 2014 en Los Ángeles
«Para mi primera canción, tuve muchas dificultades: escribí la letra, tuve la melodía, pero fue difícil componer la música», explicó la artista en un panel el domingo en SXSW, que se celebra hasta el 17 de marzo en Austin, Texas.
La artista pop explicó que comenzó a experimentar con IA dos años atrás, trabajando con Amper, un programa de composición de música.
«En dos días había compuesto una canción que se sentía de hecho como mía», indicó Southern. «No necesito necesariamente depender de otras personas».
Fundado en 2014 en Nueva York por un grupo de ingenieros y músicos, Amper es parte de una decena de startups que usan inteligencia artificial para romper la forma tradicional de hacer música.
El fundador de la compañía y CEO Drew Silverstein dijo que el objetivo no es reemplazar a los compositores humanos sino más bien ayudarlos a alcanzar sus objetivos.
Silverstein aseguró que el programa cuenta con toneladas de material -desde música bailable a música clásica- para producir canciones personalizadas.
«La idea de Amper es permitir que todos puedan expresarse (a través de) la música, independientemente de sus antecedentes y habilidades», dijo.
Utilizando una interfaz bastante simple, la aplicación permite al usuario escoger el género musical (rap, folclore, rock), una atmósfera (feliz, triste, enérgica) y la duración de la canción. El usuario entonces puede variar los tiempos y los instrumentos hasta obtener un resultado satisfactorio.
Dos canciones fueron creadas por Amper en SXSW: el público escogió pop y hip hop como géneros, y dulce y triste como atmósfera. Las piezas fueron lo suficientemente agradables para el oído y perfectamente utilizables como música de fondo para ilustrar un vídeo o un juego de ordenador.
Estas canciones fueron descritas por Amper como «música funcional» y no como «música artística».
– ¿Algoritmo creativo? –
Southern dijo que editó las piezas para su álbum muchísimas veces hasta llegar a la melodía perfecta.
«Es una herramienta que puedo usar en mi proceso creativo, soy todavía la editora, estoy en el asiento del conductor».
Reconoció, sin embargo, estar aterrorizada de las críticas que podría recibir cuando su álbum saliera a la venta, como ocurrió cuando se introdujeron sintetizadores o software para ayudar a los artistas a cantar correctamente.
Jay Boisseau, líder en tecnologías informáticas y estratega, predijo que en el futuro los ordenadores generarán cada vez más música, pero que es poco probable que la máquina reemplace totalmente el toque humano.
«Las computadoras no son muy creativas», dijo. «Pueden encontrar patrones, pero no son como los humanos e ir más allá de para lo que están entrenadas».
Lance Weiler coincide. El cineasta y escritor estadounidense que usa IA en su trabajo, dijo que la colaboración entre máquinas y artistas no debe ser despreciada, pero destacó que tiene límites.
«Es como interactuar con un niño pequeño», bromeó. «Puede ser muy temperamental y necesitas poner patrones para que no se haga daño».
Silverstein subrayó que si bien la IA fue útil para una meta objetiva -«una respuesta de sí o no»-, cuando se trata de experimentación artística, está lejos de ser perfecta.
Para algunos, estos argumentos no son convincentes, como expresó un músico británico en SXSW que cuestionó si podía aplicarse el término creatividad a música generada por computadora.
«Es un algoritmo», concedió Boisseau. «No quiere decir que la gente no la va a disfrutar, pero no es completamente nueva (…) no puede considerarse ‘creativa'».
A lo que Silverstein rápido respondió: «Aún no».
© Agence France-Presse