México. – El gobierno mexicano ofreció este martes una disculpa pública a familiares de dos estudiantes universitarios asesinados por el ejército en 2010, acusados erróneamente de ser sicarios «armados hasta los dientes», y se comprometió a no repetir este clase de agresiones.
«A nombre del Estado mexicano les ofrezco una disculpa pública por la violación a sus derechos, en el marco del uso excesivo de la fuerza por el que fueron privados de la vida sus hijos Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo», dijo la ministra de Gobernación (Interior), Olga Sánchez, en un acto público en la ciudad norteña de Monterrey.
Mercado, de 23 años, y Arredondo, de 24, estudiantes de posgrado de la universidad privada Tecnológico de Monterrey, fueron asesinados el 19 de marzo de 2010 en su centro de estudios en esa ciudad al verse atrapados en medio de una aparente persecución de militares a narcotraficantes.
Autoridades los acusaron de ser sicarios del crimen organizado y entorpecieron además los esfuerzos de la familia por aclarar el caso, detalló la ministra.
Sánchez se disculpó por la violación del derecho a la justicia y a la verdad, así como por el daño a «la imagen, el honor y la buena fama» de ambos jóvenes derivadas de falsas acusaciones y la alteración de la escena del crimen, que incluyó el sembrado de armas junto a los cadáveres.
«Los padres y las madres de los estudiantes lucharon contra la adversidad, contra el dolor, contra el sufrimiento, contra la impunidad, contra el trato indigno que les dieron a sus hijos», destacó Sánchez.
El incidente ocurrió en los primeros años de la polémica ofensiva militar antidrogas lanzada por el entonces presidente Felipe Calderón (2006-2012) que, según algunos expertos, es el principal factor detrás de una escalada de asesinatos y violaciones a derechos humanos en México.
«Me dijeron que no me preocupara, que los que habían caído eran dos sicarios y que iban armados hasta los dientes», recordó Rosa Mercado, madre de Jorge, sobre la respuesta que recibió aquella noche cuando llamó a la universidad para preguntar por su hijo.
En tanto, Aurelio Arredondo, padre de Javier, enfatizó que los jóvenes «no eran sicarios». «A todos quienes participaron en la búsqueda por hacer valer la justicia y el reconocimiento de la verdad (…) muchas gracias», dijo, con voz dolida y entrecortada.
El gobierno del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que asumió en diciembre, viene implementando una política de reparación y disculpas públicas a víctimas de excesos del Estado, en casos como el de cinco jóvenes desaparecidos en Veracruz (este) en 2016 o las víctimas de represión política durante la década de 1970 en Guerrero (sur). (AFP)