China prometió este martes abrir un poco más su economía, en una declaración conjunta con la Unión Europea, un anuncio que los europeos consideran como un «avance» aunque mantienen su prudencia con Pekín.
China y la UE se comprometen a promover un comercio «basado en reglas» y a combatir el «proteccionismo», en el texto de siete páginas firmado por el primer ministro chino, Li Keqiang, y el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y su par del Consejo, Donald Tusk.
Li Keqiang habla durante la rueda de prensa conjunta con Jean-Claude Juncker y Donald Tusk que dio este martes 9 de abril en Bruselas
Los dirigentes prometen también «reforzar las reglas internacionales sobre subvenciones a la industria», en el marco de una reforma de la Organización Mundial del Comercio (OMC), un punto clave para la UE que critica una competencia desleal de las empresas subvencionadas por Pekín.
«Por primera vez, China acepta comprometerse con la UE en esta prioridad clave para la reforma de la OMC», aseguró Tusk, que lo calificó de «avance».
La declaración conjunta permite a Pekín y a Bruselas constituir un frente común en el terreno comercial ante el Estados Unidos de Donald Trump, que aumentó sus amenazas contra ambos en los últimos meses.
Las negociaciones sobre el texto estuvieron no obstante a punto de fracasar por la falta, a juicio de los europeos, de compromisos suficientes por parte de China, que finalmente aceptó concesiones de última hora.
Pekín firma así un texto con el que se compromete con la UE a «concederse mutuamente un acceso al mercado más fácil y no discriminatorio».
«Vamos a traducir nuestras palabras en actos», prometió Li, subrayando también la importancia del acuerdo de inversiones que Bruselas y Pekín negocian desde hace 6 años con la esperanza de cerrarlo en 2020.
Este acuerdo «dará el mismo trato a las empresas», aseguró el primer ministro chino, para quien «la apertura será en ambas direcciones».
El documento también hace hincapié en que deben evitarse las «transferencias de tecnología forzadas», una práctica de la que se acusa a las empresas chinas.
«La cumbre de hoy es un gran paso en la buena dirección», se felicitó Juncker, para quien ambos deben «encontrar un mejor equilibrio y un mejor nivel de reciprocidad».
El presidente del ejecutivo comunitario explicó, en este sentido, que acordaron lanzar un proceso para «identificar y eliminar los obstáculos de acceso al mercado».
La UE, preocupada por el proyecto chino de las «Nuevas Rutas de la Seda» y sus inversiones masivas, busca desde hace meses equilibrar sus relaciones diplomáticas y comerciales con China, que la Comisión califica de «rival sistémico».
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