El gobierno boliviano arrancó este martes la construcción de una planta siderúrgica en el megayacimiento de hierro del Mutún, uno de los depósitos más grandes del mundo, que tendrá un costo de 546 millones de dólares, a cargo de la estatal china Sinosteel Equipment.
Su edificación y puesta en marcha tendrá un plazo de 30 meses, y la planta estará totalmente operativa en 12 meses más.
«Estamos dando el paso más grande en la siderúrgica de nuestro país, porque siempre se pensó simplemente en explotar y exportar hierro y prácticamente no desarrollar la siderúrgica», afirmó desde el Mutún, en la frontera con Brasil, el ministro de Minería, César Navarro.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, pronuncia un discurso durante la ceremonia de juramentación de los nuevos ministros de su gabinete en el palacio de gobierno de Casa Grande del Pueblo, en La Paz, el 23 de enero de 2019. AFP
El presidente Evo Morales, quien llegó para el acto ceremonial, dijo que «la planta siderúrgica del Mutún dará 194 toneladas al año de barra de construcción de hierro corrugado y liso con destino exclusivo al mercado interno».
La china Sinosteel Equipment se adjudicó la megaobra en marzo de 2016, tras ganar una licitación a su compatriota Henan Complant Mechanical.
El proyecto de 546 millones de dólares, incluye un crédito del gobierno de China de 422 millones de dólares, y una contrapartida nacional, más unos 50 millones de dólares de capital de operación.
El lanzamiento del proyecto surge tras el fracaso del contrato firmado entre Bolivia y la siderúrgica india Jindal Steel and Power, que se adjudicó en 2007 el rico yacimiento de Mutún, con la promesa de invertir 2.100 millones de dólares en los primeros 10 años, aunque no cumplió acuerdos.
Según estimaciones oficiales, el Mutún alberga una reserva de 40.000 millones de toneladas de hierro y 10.000 millones de toneladas de manganeso.
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